lunes, 27 de febrero de 2012

Un gran encuentro

Bueno gentecilla extraña, ya hace mucho tiempo desde la ultima vez que estuve rondando por aquí; así que aquí estoy de nuevo para contaros alguna novedad.
Esta mañana, andando por las calles de mi pueblo (Majadahonda), me encontré con algo que me llenó de curiosidad. Un lugar destinado a nuestros pequeños lectores. Se trata de una librería infantil y juvenil llamada Mumú. Tiene libros para todos los gustos y huye completamente de lo que muchos piensan sobre literatura infantil ( Señores/as, Disney no lo es todo...). No pude evitar la necesidad de llevarme alguna de esas joyas; así que, después de investigar un poco todo lo que había me decanté por un reciente conocido. Un libro que nos presentaron hace muy poquito en una de nuestras clases de literatura, "Un bicho extraño", ese es el título de tan curioso ejemplar. 
Lo mas interesante de todo es que no es una simple librería donde comprar libros, se organizan continuamente talleres de lectura, cuentacuentos y otras actividades para fomentar el hábito de lectura que últimamente escasea un poco entre nuestros niños.
Me ha gustado tanto que me veo en la obligación de recomendároslo. No dejéis nunca de acudir a las librerías y bibliotecas ya que siempre hay cosas nuevas que ver, aprender y con las que pasar un agradable rato. 
Nos volveremos a ver muy pronto y espero que sigáis disfrutando con los libros, ya sean infantiles o no, siempre nos dan algo que aprender.
http://www.libreriamumu.es/

lunes, 6 de febrero de 2012

Para aquellos que no conozcan el cuento de el traje nuevo del emperador.


Hace muchos años vivía un Emperador que no pensaba más que en estrenar trajes. No se preocupaba de nadie y sólo iba al teatro o a pasear en su carroza por el parque para estrenar su ropa nueva. Tenía un traje para cada hora del día, todos diferentes, y se decía de él que siempre estaba en el cuarto ropero. En su ciudad vivía mucha gente y cada día le visitaban sastres para hacerle trajes.
   Un día, se presentaron en palacio dos granujas que se hicieron pasar por tejedores. Dijeron que sabían tejer la tela más fina que existía. En verdad, no habían cosido nunca, pero engañaron al emperador contándole que toda la ropa que hicieran con esa tela sólo podrían verla las buenas personas. Para todos los que no hicieran su trabajo y para los que fuesen antipáticos la ropa sería invisible.

   -¡Qué telas más maravillosas! dijo el Emperador -. ¡Ordenaré que todos los habitantes del reino se hagan vestidos de este tejido mágico. Así podré descubrir a los que no trabajen bien o a los que sean antipáticos! Y... ¡También yo me encargaré un vestido de esa tela!

   Y pagó un montón de dinero a los granujas para que se pusiesen a trabajar inmediatamente. Estos fingieron tejer a toda prisa, pero no era cierto. Imitaban los movimientos de los sastres, para hacer creer en palacio que estaban trabajando.

   "¡Me gustaría saber si estos tejedores avanzan en su tarea!", pensó el Emperador. Pero no se atrevía a visitar a los tejedores, porque todos los que fuesen antipáticos o no supiesen hacer su trabajo no verían el traje, y por si acaso él no lo veía no quería ir.

   Entonces, envió al Primer Ministro y, cuando éste entró en la habitación para ver cómo iba el traje del Emperador, pensó: "¡No veo nada!", pero, claro, no podía decirlo por si pensaban que era antipático o no trabajaba bien.

   - Bien, Señor, ¿qué decís de esta tela? - preguntaron los granujas.

   -¡Oh, es preciosa! ¡Encantadora! ¡Qué dibujo más elegante! ¡Qué vivos colores! 
   - Nos gusta oírle hablar así contestaron los bribones -. A su Majestad le va a gustar.

   Cuando llegó a Palacio le contó al Emperador lo bonito que era el traje. El rey envió a otra persona del reino para que le diera otra opinión, pero pasó lo mismo: 
   -¿Verdad que es una hermosa tela? - preguntaron los granujas. 
   Pero él pensó: "¿Es posible? ¡Yo no veo nada! Si lo digo pensarán que no trabajo bien o que soy antipático". 
Por eso contestó: 
   -¡Es preciosa!

   Días más  tarde, los bribones llevaron el traje invisible al Emperador. 
   Cuando éste lo vio, pensó no veo nada, absolutamente nada: 
¿Seré antipático? ¿No seré buen Emperador. Pero no podía decir eso y comento: 
   -¡es hermosísimo! 
   Todos sus acompañantes aconsejaron al Emperador que lo estrenara. Nadie veía nada, pero todos decían: 
   -¡Es prodigioso! ¡Qué bonito!: 
   Los dos granujas le ayudaron a ponerse el traje y salió desfilando desnudo ante todos los habitantes del reino. Todos le veían sin ropa, pero comentaban: 
   -¡Qué hermoso el traje del Emperador!. Solamente una niña que le vio desfilar fue capaz de decir la verdad:

   -¡Pero si no lleva nada! 
   Y los demás empezaron  correr la voz: 
   -¡Una niña inocente dice que no lleva nada: 
   - Está desnudo Ja, ja!  ¿Es que no se da cuenta?. 

   Y el Emperador, que estaba muy disgustado porque pensaba que tenían razón, pensó que tenía que aguantar hasta que acabase todo el desfile. Y siguió adelante más estirado que nunca, mientras los, granujas  escapaban hacia las montañas con un saco de oro cada uno.

domingo, 5 de febrero de 2012

Un bonito cuento para un bonito blog


LA RATITA PRESUMIDA.
 

Erase una vez una ratita que estaba barriendo la puerta de su casa y cantaba:
"tralará larito barro mi casita y todos los días la misma faena, tralará larito barro mi casita"
y de repente se agachó y cogió una moneda que había en el suelo. -¿Qué me compraré? ¿Qué me compraré?.
- Ya lo tengo: Me compraré caramelos. No, no que se me ensuciaran los dientes. Siguió pensándolo, ¿Qué me compraré? Ya lo tengo: Me compraré un lacito para mi cola.
La ratita fue a la tienda y compró un lazo rojo y lo puso en su cola y se sentó a la puerta de su casa.
Al poco rato pasó por allí un perro que al ver tan elegante a la ratita le dijo: -Ratita, ratita pero que rebonita estás. ¿Te quieres casar conmigo?.
- ¿Y por la noche que harás? Preguntó la ratita.
-!Guau, guau, guau! dijo el perro.
-No, no que me asustarás.
Y el perro se marchó ladrando de rabia.
Todavía se veía al perro por el camino cuando llegó un gallo muy emplumado que al ver tan bonita a la ratita le dijo:
-Ratita, ratita pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.
-¿Y por la noche qué harás? le preguntó la ratita
-Quiquiriquí, Quiquiriquí.
-No, no que me asustarás.
Y el gallo fue a buscar una gallina.
A los dos minutos pasó por allí un gato y al ver a la ratita se acercó y le dijo:
- Ratita, ratita, pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.
-¿Y por la noche que harás? preguntó la ratita.
-¡ Miau, miau!
-No, no que me asustarás.
Y el gato se alejó maullando.
Una hora más tarde pasó por allí un ratón y al ver a la ratita le dijo:
-Ratita, ratita, pero que rebonita estás ¿Te quieres casar conmigo?.
-Y la ratita le preguntó ¿Y por la noche que harás?
-Dormir y callar, dormir y callar.
-Pues contigo me he de casar.
La ratita presumida se casó con el ratón y vivieron felices, comieron perdices y a nosotros nos dieron con los huesos en las narices.

Espero que halláis disfrutado de este maravilloso cuento.

un buen ejemplo...



Y así comienza la historia de este blog




"La vida de cada hombre es un cuento de hadas escrita por la mano del señor."


"La vida en sí es el más maravilloso cuento de hadas."


Hans Christian Andersen