martes, 22 de mayo de 2012

BLOQUE.2

BLOQUE 2. Textos folclóricos. Selección y adaptación.
Durante el segundo bloque, hemos estado hablando en clase de las tradiciones populares: textos folclóricos, juegos, historia del folclore, sus clasificaciones según algunos autores...

El folclore, folclor, folklore o folklor (del inglés folk, «pueblo» y lore, «acervo», «saber» o «conocimiento») es la expresión de la cultura de un pueblo: artesanía, bailes, chistes, costumbres, cuentos, historia oral, leyendas, música, proverbios, supersticiones y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social, además se suele llamar de la misma manera al estudio de estas materias. Sin embargo hubo muchos desacuerdos referentes a qué contenía exactamente el folclore: algunos hablaban solo de cuentos y creencias y otros incluían también festividades y vida común.
El término inglés «folklore» fue acuñado el 22 de agosto de 1846 por el arqueólogo británico William John Thoms, quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares». La definición más ampliamente aceptada por los investigadores actuales de la especialidad es «la comunicación artística en grupos pequeños», propuesta por el investigador de la Universidad de Pensilvania Dan Ben-Amos.
El hecho folclórico
Según algunos autores, para que una manifestación cultural se considere un hecho folclórico, debe cumplir con estas características:
·       Debe transmitirse por vía oral.
·       Debe ser de autoría anónima.
·       Debe ser patrimonio colectivo de la comunidad representante del lugar en donde se manifiesta este fenómeno.
·       Debe ser funcional, es decir, tener alguna utilidad pragmática o cumplir con fines rituales.
·       Debe ser duradero y perdurable por un tiempo considerablemente largo, como oposición a una moda efímera.
·       Debe tener variantes múltiples, es decir que no exista una versión oficial del fenómeno sino que se formule o reformule cada vez que emerja.
·       Existen versiones tanto urbanas como rurales, sin ser necesariamente una superior a la otra.
·       Debe ser aglutinante, es decir pertenecer o fundar una categoría, corriente, estilo, género o tipo.
Géneros  de la literatura folclórica
Dentro de la literatura folclórica se encuentran también los tres géneros literarios, como en los textos de autor.
TEATRO
Por un lado el texto dramático del cual no existen escritos ya que van pasando de boca en boca, son exclusivamente orales, ya que ésta es la finalidad de los textos folclóricos. La forma de transmitirlo es con la historia y los personajes la representan a su manera. Y por otro lado la representación.
En España, el teatro folclórico está muy ligado a la religión, incluso aún en muchos pueblos se representa la pasión de Cristo, teniendo un fuerte contenido cultural. Podemos encontrar también otra manera de teatro que es el protagonizado por los cómicos de la lengua, que consistía en que la gente iba por los pueblos haciendo representaciones teatrales con pequeños argumentos o cantando canciones
También se hacían representaciones para los niños: un pequeño repertorio con unas obras muy cortas que se llamaban Títeres de cachiporra. Se representaban con marionetas de mano y siempre podía verse el mismo argumento aunque los personajes fueran diferentes (siempre hay un personaje que quiere mucho a otro y viene un personaje malo y se lo lleva, los personajes malos siempre suelen ser un ogro, una bruja, un demonio y posteriormente se les pregunta a los niños dónde se han llevado al personaje bueno, interactuando así con los niños también durante la representación). Sólo podemos encontrar esta representación dentro del teatro folclórico infantil y la verdad es que es una pena
POESÍA
Antiguamente, el pueblo no recitaba poesía, como mucho lo hacían los nobles.
La poesía folclórica esta siempre unida a la música y al juego.
A la música con unidad amorosa (el primer cancionero fue las cantigas gallego portuguesas), canciones para sembrar, canciones de los quintos. El tema podía ser amoroso, festivo, temas del trabajo
Habían muchas que tenían que ver con el juego (lúdico): los típicos piques entre chicos y chicas, canciones para jugar...
También había manifestaciones religiosas en poesía. Podían ser cantadas o en este caso recitadas. Hay muchas oraciones que no pertenecen al rito de la misa que han creado la gente del pueblo.
También existen oraciones para niños: Jesusito de mi vida
No todas las nanas son de origen religioso cristiano; generalmente suelen ser de origen pagano; se les cantaban para protegerles de la muerte súbita o robo. Lo acabó adoptando la iglesia pero su origen principal es pagano.
Muchas veces equivocamos la poesía tradicional folclórica con la poesía popular.
La poesía popular es tan famosa que muchas veces la confundimos con la folclórica. No sabemos de quién es a pesar de haberlas oído toda la vida, pero sí que tienen autor.
Pedro Cerrillo es un profesor que está enamorado de este tema y está empeñado en que todas estas canciones no se pierdan. Cree que los profesores deben convertirse en guardianes de estas manifestaciones. Pedro Cerrillo hace una clasificación temática:
·       Rimas de ingenio: son las que no tienen música, como mucho son retahílas (melodía compuesta por dos, tres o cuatro notas que se repiten continuamente) y se recitan.
·       Además hay sorteos (pito, pito gorgorito), disparates, prendas (Antón, Antón, Antón piruleropagara una prenda), burlas, adivinanzas, trabalenguas
·       Juegos y rimas de movimiento y acción: están acompañadas de movimientos: nanas, cosquillas, movilidad-inmovilidad, andar, saltar, lanzar objetos
·       Danzas de corro: palmas, pasillo, imitar, mimos e imitaciones.
PROSA
En cuanto a la prosa folclórica, lo más común son los cuentos, entendiendo esto no como texto infantil sino como relato breve, cuentos de hadas.
Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes folclóricos tales como hadas, duendes, elfos, brujas, sirenas, troles, gigantes, gnomos y animales parlantes. En el lenguaje contemporáneo, así como fuera del contexto literario, el término es utilizado para describir algo que está vinculado con princesas. Por ello, existen expresiones tales como «un final de cuento de hadas» un final felizo «un romance de cuento de hadas», aunque no todas las narraciones terminan con un final próspero. Por lo general, este tipo de relatos suele atraer a los niños pequeños, al compenetrar estos de forma rápida y sencilla con los personajes principales de cada historia.
Los cuentos de hadas se encuentran ya sea en forma oral o literaria. Es dificil saber con exactitud su desarrollo hitórico, puesto que sólo las formas escritas han sobrevivido con el paso del tiempo. Sin embargo, la evidencia escrita da una indicación de que los cuentos de hadas han existido durante miles de años.
El término «cuento de hadas» se aplicó a partir de la obra de Madame d'Aulnoy, quien propuso la denominación francófona «Contes des Fées». Muchos de estos relatos en la forma en que se conocen hoy en día han evolucionado a partir de historias con cientos de años de antigüedad, las cuales han aparecido con múltiples variantes, que los folcloristas han recogido. Incluso, se siguen redactando cuentos de hadas y obras derivadas del mismo género. Los folcloristas han clasificado los cuentos de hadas de diversas formas; entre las más notables agrupaciones están el sistema de Aarne-Thompson y el análisis morfológico de Vladímir Propp.
Aun cuando los primeros cuentos de hadas estaban destinados principalmente a las audiencias adultas, y en menor grado a los niños, éstos comenzaron a asociarse con los infantes desde que los hermanos Grimm titularan a su colección como Children's and Household Tales (trad. literal: «Cuentos de los niños y el hogar»); por lo que, el vínculo con los niños ha ido fortaleciéndose con el paso de los años.
El cuento de hadas, en su expresión oral, es una de las manifestaciones del cuento folklórico. De hecho el cuento de hadas convive oralmente con otros tipos de narraciones como la epopeya, leyenda o mito y en tal forma no tiene autor; se trata de relatos que no estaban dirigidos en sus inicios a los niños ya que tenían más bien un carácter anecdótico (contaban cosas que pasaban en aldeas o bosques así como los sueños y ambiciones de las clases bajas) que posiblemente se deformaron por la transmisión oral agregándosele lo fantástico. Varios escritores han redactado igualmente relatos pertenecientes al género, a los cuales se les denomina con la palabra alemana Kunstmärchen («cuentos de hadas literarios»).
Los hermanos Grimm estuvieron entre los primeros que intentaron preservar las características de los registros orales. Inclusive, las historias impresas bajo su autoría han sido editadas en más de una ocasión para adaptarlas a la forma escrita.
Ambos tipos de cuentos de hadas, en su forma escrita y oral, intercambiaron libremente tramas, motivos y elementos entre sí, así como con otros cuentos extranjeros. Varios folcloristas del siglo XVIII intentaron recuperar el folclore «puro» que aún no se había visto afectado por las versiones escritas A pesar de que la evidencia señala la existencia de cuentos orales miles de años antes que las formas escritas, no se tiene conocimiento de cuentos que guarden reminiscencia del «folclore puro».
Los niños y el folclore
Al principio, la principal audiencia de los cuentos de hadas era la población adulta; inclusive, las versiones escritas del género aparecieron originalmente en obras para adultos, aunque en los siglos XIX y XX el cuento de hadas empezó a ser asociado con la literatura infantil.
Los preciosistas, entre ellos Madame d'Aulnoy, destinaron sus trabajos a los adultos, pero consideraron que estos podían haber sido relatados a los hijos de sirvientas y mujeres de clase baja por sus madres. En efecto, en una novela de esa época, donde se describe el ofrecimiento del pretendiente de una condesa para contar un cuento, la condesa exclama que adora los cuentos de hadas tanto como una pequeña infante. Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, una de las últimas preciosistas, redactó una versión infantil de La Bella y la Bestia, la cual permanece aún como la versión más conocida del cuento original. A su vez, los hermanos Grimm denominaron a su colección Children's and Household Tales pero fueron obligados a reescribir sus cuentos debido a varias quejas de que sus relatos no eran aptos para las audiencias infantiles.
En la Edad Contemporánea, los cuentos de hadas han sido alterados de tal forma que puedan ser leídos a los niños. Los hermanos Grimm se concentraron mayormente en erradicar las referencias sexuales; en la primera edición de Rapunzel se revelan las visitas del príncipe cuando se menciona que las ropas de la muchacha se han encogido, lo que le permite a la bruja deducir que ha quedado embarazada; en subsecuentes ediciones esto se alteró. Si bien la violencia con la que se castigaba a los villanos se incrementó más, en posteriores ediciones este aspecto fue minimizándose; J. R. R. Tolkien percibió que la versión infantil de The Juniper Tree excluía frecuentemente su tono caníbal. 

La tendencia moralista de la época victoriana alteró los cuentos clásicos convirtiéndolos en literatura pedagógica, como por ejemplo cuando George Cruikshank reescribió La Cenicienta en 1854 para incorporar temas de abstinencia de alcohol; Charles Dickens protestó al respecto: «En una época utilitaria, de entre todas, es sumamente importante que los cuentos de hadas sean respetados». Bettelheim consideró al respecto: «Puede aprenderse mucho de los cuentos de hadas sobre los problemas de los seres humanos, y de las soluciones correctas a sus predicamentos en cualquier sociedad, más allá que cualquier otro tipo de relato que sea comprensible para un niño». En su análisis, el psicólogo detalla que frecuentemente los cuentos de hadas sirven a manera de espacio de expresión de las preocupaciones y el terror que sufren los menores de edad, aspectos que los adultos no comprenden en su totalidad. Esto les ayuda a crecer y desenvolverse mejor en una vida futura. 

Los cuentos originalmente surgieron con finales donde el protagonista muere de manera súbita ante sus preocupaciones y temores, algo que no puede contemplarse en la pedagogía infantil.
En las dependencias escolares de Waldorf, los cuentos de hadas son usados en primer grado como una parte central del currículo. El trabajo de Rudolf Steiner en el desarrollo humano muestra que entre las edades de seis y siete años, la mente de un niño aprende mejor a través de la narración de cuentos, ya que los arquetipos y la naturaleza mágica de los cuentos de hadas atraen a los niños de esas edades. La naturaleza de los cuentos de hadas, en la tradición oral, mejora además la habilidad de un infante para visualizar una narrativa hablada, así como para recordar la historia conforme la ha escuchado.
Diferentes clasificaciones de lo folclórico
El primero  fue Vladimir Propp e hizo su tesis doctoral sobre las estructuras, macroestructuras y subestructuras que sustentan los cuentos folclóricos rusos.
Lo primero que hizo fue recoger cuentos para investigar lo que le contaba la gente del pueblo pero consiguió tantos que se vio imposibilitado para usarlos todos. Para que el trabajo fuera funcional dividió los cuentos en cuatro tipos: mitos, cuentos de animales, cuentos de fórmula y cuentos de hadas o maravillosos. Esta es la primera clasificación que se hizo de los cuentos folclóricos en la historia. Fruto de su tesis doctoral publicó un libro llamado morfología de los cuentos de hadas ya que acabó quedándose sólo con el último grupo, cuentos de hadas o maravillosos.
-         Mitos: son historias de origen religioso cuyas religiones ya han desaparecido, como por ejemplo la mitología. Se dan para explicar a la gente del pueblo los fenómenos naturales, sociales o psicológicos utilizando dioses y héroes como personajes.
Cuando tenían origen religioso no podían ser cuentos, pero ahora que no están esas religiones ya no tienen carácter religioso, con lo cual ahora sí pueden ser cuentos. Aunque hay algunas excepciones que hacen referencia a las religiones que todavía están vigentes, como por ejemplo el Génesis (Adán y Eva), no se le puede decir a un cristiano que esto es mitología.
-          Cuentos de animales: para que un cuento pueda entrar dentro de esta categoría todos los personajes tienen que ser animales, como por ejemplo el cuento de los siete cabritillos, ejemplo de los que no podrían ser son: Caperucita Roja o El gato con botas. Dentro de esta categoría podemos encontrar dos subtipos, aunque no lo hizo Vladimir Propp:
a.    Cuentos de animales propiamente dichos: todos los personajes son animales y éstos representa a personas, es decir, son cuentos animistas, como por ejemplo el cuento de los siete cabritillos que representa a una madre con sus siete hijos y un peligro. Estos cuentos no tienen moraleja, para decir que la tiene ha de pertenecer al cuento, aparecer en la historia. Lo que sí tienen son enseñanzas, a veces una y otras veces más. Siguiendo con el cuento de los siete cabritillos las enseñanzas serían: no abrir a los extraños, que la madre siempre te va a proteger.

b.     Fábulas: en este caso los animales representan vicios y virtudes de los humanos, arquetipos de los humanos, son historias didácticas. Un ejemplo de ello es la cigarra y la hormiga en la que una es una viva la vida y la otra una trabajadora. Las fábulas sí que siempre tienen moraleja porque son historias morales. Es moralizante para que la gente vea lo malo que son los vicios y lo bueno que son las virtudes. El primer fabulista es Esopo, pero las fábulas las ha escuchado, no las ha hecho él, por lo tanto no es autor, las recopila. Podemos decir que también hay algunas que no tienen personajes animales, pero éstas se llaman apólogos.
-         Cuentos de fórmula: son aquellos que o bien todo el cuento o parte de él hay que aprendérselo de memoria, porque si no te lo aprendes no es lo mismo, a esto es a lo que llamamos fórmula. Un ejemplo de que sólo tenga parte del cuento que es una fórmula es la ratita presumida (ratita, ratita linda, ¿te quieres casar conmigo? Y la ratita dice, ¿y por la noche qué harás? Y el animal hace su ruido y la ratita dice: ¡uy no! Que me asustarás. Hasta que llega el gato y dice dormir y callar, dormir y callar y la ratita dice, ¡pues contigo me he de casar!). Estos son los cuentos de fórmula.
-          Cuentos de hadas o maravillosos: viendo el nombre parece sólo que se incluyen los cuentos en los que aparecen hadas, pero no es así, son parte de esta categoría los cuentos que tengan cualquier personaje que sea del mundo mágico (duende, ogro, lobo que habla). Aquellos en los que en un mundo de animales los humanos hablen y en un mundo de humanos los animales hablen como por ejemplo: el gato con botas.
Todo lo que hay es simbólico.
Esta clasificación de Vladimir Propp nos sirve para entender los distintos tipos de textos folclóricos. Todos los cuentos siguen la estructura de Propp en la morfología del cuento.

Hay una segunda clasificación que es la de Gianni Rodari que pretendía separar los cuentos en temas, en diferentes tipos para trabajar con los niños distintos objetivos. Hay tres grandes bloques.
-          Cuentos de animales: estarían los que explicamos con Propp, pero lo divide aún más:
a.    Animales salvajes.
b.     Animales domésticos.
c.     Relaciones entre hombre y animal.
d.    Relaciones entre animales salvajes y domésticos.
-         Cuentos mágicos: este bloque equivale a los cuentos de hadas o maravillosos de Vladimir Propp pero en este se añade la mitología, no lo separa como Propp.
a.    Historias de adversarios sobre naturales.
b.     Historias de parientes sobrenaturales o embrujados.
c.     Empresas sobrehumanas.
d.    Auxiliares sobrenaturales.
e.     Objetos mágicos.
f.      Historias de carácter religioso.
g.     Cuentos de bodas.
-         Cuentos de bromas y anécdotas: son chistes alargados, esto del cachondeo es muy mediterráneo. Aquí se incluirían los cuentos de fórmula y los cuentos mínimos que expliqué en la anterior entrada. Son cuentos para juguetear y hacer reír al niño.
a.    Cuentos del tonto.
b.     Cuentos del listo.
c.     Cuentos con fórmula o estribillo.
Podemos encontrar una tercera clasificación que es de Sara C. Bryant, que a su vez es la primera cuentacuentos que se define como tal, e incluso dedicó su vida a contar cuentos, los contaba en distinto sitios. También es la autora del primer libro cómo contar cuentos. Su clasificación la hizo por edades:
-          Cuentos de 3 a 5 años:
a.    Historias rimadas.
b.     Historias con fragmentos versificados.
c.     Historias de animales personificados.
d.    Cuentos burlescos.
e.     Cuentos de hadas.
-          Cuentos de 5 a 7 años:
a.    Folclore (leyendas locales)
b.     Cuentos de hadas y cuentos burlescos.
c.     Fábulas.
d.    Leyendas.
e.     Narraciones de historia natural.
-          Cuentos para mayores:
a.    Folclore.
b.     Fábulas.
c.     Mitos y alegorías.
d.    Parábolas de la naturaleza.
e.     Narraciones históricas.
f.      Historias reales.
g.     Narraciones humorísticas.
Esta clasificación está bien como punto de partida, pero hay muchas más que nos pueden ayudar a clasificar de otra manera los cuentos. Sobre todo es una clasificación orientativa por tanto habría que conocer a los niños para saber si son indicados para su edad o no.

1 comentario:

  1. Bien, pero cuida de no copiar fragmentos enteros sin referencia porque se considera plagio.
    Falta todo lo referente a cómo elegir un buen libro de textos folclóricos, lo que has de tener en cuanta al adaptar un cuento, la bibliografía y los enlaces de interés.

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